De signos, puntos y comas en el lenguaje oral. I

Esas diminutas expresiones que pueden hacer de una lectura, una conversación.

Comprendo mi escritura compleja tanto por mis expectativas respecto a mis lectores, como mi gusto por armar párrafos constituidos por frases no continuas, articuladas y vinculadas a través de signos de puntuación que obliguen a refrescar el alma y conectar la mente. Constantemente me veo tentado a escribir como hablo en la cotidianidad, hacerlo de otra manera constituiría una traición a mi coherencia y veracidad, solo aplico algo de mi propio estilo como escritor. Aquellas novelas de cualquier género donde el autor debe enfocar sus esfuerzos por dotar a sus personajes de conversaciones, modismos, pensamientos y sentimientos que nunca se atrevería a mencionar en su propia realidad permiten desarrollar una discusión respecto a si pueden llegar a ser estas ficticias expresiones independientes del escritor, o son realmente trasformaciones de su propio pensamiento, luego transmitido en realidades externas en boca de otros actores.

  "Estoy desconcertado. Dudo, temo, pienso cosas extrañas, y yo mismo no me atrevo a confesarme a mi propia alma." Drácula.

El discurso diario parece casual, la trivialidad de las relaciones humanas modernas nos hace pensar que un alto porcentaje de las expresiones que otros usan al comunicarse son solo 'adornos de la idea principal', la cual quedó ya resaltada en nuestra mente como la verdad objetiva del interlocutor. Cuando nuestro cerebro recibe los impulsos sonoros a través del oído, se convierten en símbolos lingüísticos con significados en nuestra única y ultima realidad interna, se modifica la intención y se da paso a la interpretación emocional de este nuevo mensaje. ¿Lo hemos notado? Concéntrese un momento en recordar, o preste atención el día de hoy a una conversación ajena, donde se haya presentado una mala interpretación de lo dicho por otra persona. Por ejemplo, una reunión del trabajo para planificar el día, donde una persona pregunta acerca del alcance de determinada situación específica en un proyecto, otros dos interlocutores responden: el primero menciona que es importante tener en cuenta un asunto que no corresponde a la pregunta realizada, y el otro responde que adicional a lo que dice su colega para responder a la pregunta realmente lo que se debe tener en cuenta es otro asunto que tampoco da respuesta a la pregunta inicial. ¿Le ha pasado?, recuerde la ultima vez que mando diseñar un logotipo o construir un mueble, en estos casos como mínimo contó con planos; en las conversaciones diarias no hay tales. ¿Escucha activamente a sus otros?, en cualquier caso, necesita mi definición de escucha activa, el uso de esas dos palabras puede significar algo diferente a lo que usted conoce, y para hilar más delgado solo yo sé lo que entiendo por 'escucha activa' y solo yo puedo dar una definición única, subjetiva, de las características que se necesitan para lograr una escucha activa.

La escucha activa corresponde al esfuerzo consciente para que nuestro cerebro interprete los sonidos, el contexto, las palabras y los sentimientos del emisor del mensaje. Vamos por otro ejemplo: en mi último trabajo al responder honestamente alguna pregunta, resulté en lo creo que significa la libertad y el papel del estado en el progreso o involución social; así a los pocos días mi jefa me calificó, dentro de una broma amistosa, de mamerto. Debo confesar que para mí fue una expresión de lo más graciosa, me recordó mis épocas de colegios donde no tomaba, fumaba, ni tenía relaciones intimas y me dedicaba al estudio y la lectura; estoy seguro que usábamos la palabra mamerto para calificar a quienes tenían mis comportamientos. Sin embargo actualmente, una rápida búsqueda en Google, y posteriores conversaciones, me llevaron a descubrir que me había dicho comunista; entiendo que en su calificación mamerto es lo opuesto a capitalista, pero siendo así tampoco creo en la distribución de las riquezas sobrantes, luego de la repartición de las verdaderas riquezas dentro de las élites gobernantes, entre cada individuo como si fueran herencias por el simple hecho de existir, sin la exigencia del cumplimiento de un contrato social o al menos de las responsabilidades que conllevan ser parte de la civilización, aunque nuevamente llevemos al tintero el tema de las libertades individuales y el poder sobre las sociedades para otro momento. Aquí el asunto es que mi comprensión de la expresión mamerto había sido lector asiduo de puntos de vistas contrapuestos, la ignorancia de un término me llevo a esta mala interpretación, ¿Cuantas circunstancias adicionales nos llevan a la incorrecta interpretación del mensaje emitido?

Regresemos un poco al funcionamiento del hemisferio izquierdo quien interpreta y reacciona a las señales recibidas del entorno a través de los sentidos, cuando escuchamos determinados sonidos que se convierten en impulsos eléctricos en el cerebro también recibimos de ellos la connotación emocional que traen, ¿es cierta esta última frase? Medítelo un momento. Los impulsos eléctricos no traen esa connotación emocional, ellos la generan. Por ejemplo, cuando mencionamos la palabra alcohólico, tal vez primero se examine uno mismo rápidamente para buscar sus emociones respecto al alcohol, quizás sea usted un bebedor social, o sepa que a veces se pase de copas, quizás sea abstemio o no bebedor, recuerde a su familiar o amigo cercano que realmente ha caído, o fallecido, por las consecuencias del alcoholismo. Pero esta palabra como algunas otras en determinados contextos desatan una reacción emocional, haga el ejercicio lentamente y verá que encontramos un punto de encuentro: piense en las emociones que le desata la frase Te Amo, ¿a quién(es) le recuerda?, ¿a quien se la dijo por última vez?, ¿cuántos ámbitos de su vida están relacionados con esta frase?. Yo pienso en mi madre y su sinceridad, su calor, la ternura que me transmite; en mi vida emocional puedo sentir algo de nostalgia por los amores pasados, soledad ante los amores presentes y expectativa por los amores futuros. Algo de desasosiego al no saber si alguien me habrá mentido cuando me la dijo y nunca lo supe; siento respeto al pensar que pueda expresarla a un poder superior. Tal vez te amo, amo a quien me lee y me soporta, se conecta, se transporta con mis líneas, te amo porque se necesita paciencia y se necesita un mínimo interés para que haya llegado hasta este punto de la lectura. (Perdonen mi simplicidad al usar un término que para muchos y muchas debe ser exclusivista). 

¿Cuantos recuerdos, sentimientos, emociones e incluso lágrimas, o risas, despertó el párrafo anterior? A esto se refiere la escucha, la participación emocional en el discurso desarrollado por el otro e interpretado en mi realidad. No solo ocurre en los niveles complejos de la comunicación es parte del diario vivir, en reuniones con nuestra jefa, cuando leemos un WhatsApp de un amigo,  al conversar con nuestra pareja y al hacer el amor con nuestros miedos. Este acto de participación exclusiva es el error grave de las comunicaciones modernas a nivel personal (en nuestros diálogos internos), social (en nuestras relaciones diarias, políticas y económicas) y familiar (con nuestros padres, hermanos, hijos, esposos, amigos); desvalorizado y desconocido  el poder del significado de las palabras individuales desde su fuente, la auto interpretación del mensaje en su contexto y la inconveniencia de la superioridad intelectual nos pueden ayudar a desarrollar nuevos niveles de comprensión de nosotros mismos, del otro y del ambiente que nos rodea, a ello dedicaré futuros escritos.

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